martes, 25 de marzo de 2008

Una explicación que viene a colación de una visita que recibí hace no tanto. Que podría ser de veinticuatro. Ahora, este marzo.

Para empezar, que quede bien aclarado que el tiempo es una cosa difícil de esquivar, sino imposible de no presenciar.
Cuando hablo del hoy, no me refiero a cosas tan abstractas. Hablo del ahora, que, de manera inevitable, se va fundiendo en el pasado constantemente durante el curso del tiempo: porque es imposible retener al ahora mas que la sola duración de su existencia, también indefinible.
Así es que, siempre que nos referimos a él, estamos hablando de un ahora 'adelantado' ya que sino, viviríamos atascados en el retraso cronométrico del siguiente conflicto: el ahora acabó de transcurrir, terminó de pasar. Siempre que hago alusión al ahora, lo estoy sepultando en el pasado con la sola duración de mi discurso, que lo va consumiendo. Esto se repite, es cíclico y permanente: el reciclaje.
De ahí la dificultad de referirnos al presente.
Mi hoy: es ahora, que torna en pasado y que tengo que enunciar siempre en futuro. Me es imposible distinguir la diferencia entre el tiempo y sus pautas, y disociarlo de su relación con la historia. Si la memoria consiste en el recuerdo del pasado, entonces la memoria también es la construcción del presente y la planificación del futuro.

Hay tanto chambón que confunde calma chicha con sabiduría, creo. Lo mío es la desesperación permanente, aunque con la vejez pareciera sosiego y reflexión. Que nadie se engañe: con los años nadie aprende nada. Más bien se olvida lo poco aprendido. Y, cuando hurgamos en el pasado, lo hacemos no tanto para sacar alguna conclusión como para averiguar qué queda vivo, qué de nosotros conserva un resto de pureza, si es que alguna vez fuimos puros.
Estoy mas a oscuras que esta sala, y es de noche. Yo mismo soy una sombra. Mis días fueron, como dice ahora el piberío.
Todo lo que queda por delante es memoria.
Por eso la estupefacción que me causa cuando alguien se pone a escucharme. Vienen a escuchar el ayer y no se dan cuenta de que les estoy hablando del mañana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

excelente

Fiore Muñoz. dijo...

Sinceramente negro lo que escribiste es dec las mejores cosas que leí. Es perfecto