domingo, 30 de marzo de 2008

Muy ingenioso.

Hay cosas difíciles de publicitar. Este es un buen ejemplo de un producto no tradicional que se publicita de una manera bien original.



Pero mas allá de eso, a mi esas imagenes me dejan picando algo, hasta que me doy cuenta de que es una propaganda comercial. Pero, quitando la ultima parte, podriamos decir que este tipo dificil de comprender, pareciera algo introvertido, es un agente de cambio mental y social. Si bien revuelve la basura del desposeido cartonero y la tira al suelo, tambien le tira la gorra al policia y éste no puede hacer nada. Me gusta la idea de ir justificando todo lo que él hace enmarcando su accion dentro de cosas que no me gustan. Todo esto es muy relativo de cada uno, y sería muy controversial si yo dispusiera frases crudas y polemicas pero, lo interesante, es rebuscarse dentro de uno en base a lo que él hace y dice para ver qué hay que cambiar entre todas las cosas.
El viento siempre estuvo en todos lados como un agente de erosion entre las aparentemente inmodificables montañas, y tambien estuvo y estará como moldeador de nuevos paisajes. No podria ser imposible ser como él.

martes, 25 de marzo de 2008

Una explicación que viene a colación de una visita que recibí hace no tanto. Que podría ser de veinticuatro. Ahora, este marzo.

Para empezar, que quede bien aclarado que el tiempo es una cosa difícil de esquivar, sino imposible de no presenciar.
Cuando hablo del hoy, no me refiero a cosas tan abstractas. Hablo del ahora, que, de manera inevitable, se va fundiendo en el pasado constantemente durante el curso del tiempo: porque es imposible retener al ahora mas que la sola duración de su existencia, también indefinible.
Así es que, siempre que nos referimos a él, estamos hablando de un ahora 'adelantado' ya que sino, viviríamos atascados en el retraso cronométrico del siguiente conflicto: el ahora acabó de transcurrir, terminó de pasar. Siempre que hago alusión al ahora, lo estoy sepultando en el pasado con la sola duración de mi discurso, que lo va consumiendo. Esto se repite, es cíclico y permanente: el reciclaje.
De ahí la dificultad de referirnos al presente.
Mi hoy: es ahora, que torna en pasado y que tengo que enunciar siempre en futuro. Me es imposible distinguir la diferencia entre el tiempo y sus pautas, y disociarlo de su relación con la historia. Si la memoria consiste en el recuerdo del pasado, entonces la memoria también es la construcción del presente y la planificación del futuro.

Hay tanto chambón que confunde calma chicha con sabiduría, creo. Lo mío es la desesperación permanente, aunque con la vejez pareciera sosiego y reflexión. Que nadie se engañe: con los años nadie aprende nada. Más bien se olvida lo poco aprendido. Y, cuando hurgamos en el pasado, lo hacemos no tanto para sacar alguna conclusión como para averiguar qué queda vivo, qué de nosotros conserva un resto de pureza, si es que alguna vez fuimos puros.
Estoy mas a oscuras que esta sala, y es de noche. Yo mismo soy una sombra. Mis días fueron, como dice ahora el piberío.
Todo lo que queda por delante es memoria.
Por eso la estupefacción que me causa cuando alguien se pone a escucharme. Vienen a escuchar el ayer y no se dan cuenta de que les estoy hablando del mañana.

De la infección a la libertad y a la democracia

La burguesía, con su celebración permanente del individualismo, se erige en defensora de absolutos que piensan extensivos a la humanidad. Pero la libertad no es nunca un absoluto. Tampoco lo es la democracia. Y lo que está en discusión en estas cuestiones es un proyecto emancipador. Las conquistas del proletariado significan, sin vueltas, el cuestionamiento del sistema burgués y sus custodios. Si bien es mucho mas digna la democracia de este sistema a su directa (y explicita) represión y dictadura -además de que se la aprecia recién cuando se la pierde en una tiniebla mayor- no hemos de olvidarnos que son profundidades del mismo pozo. Y, a la vez, son las excusas que usa el reaccionarismo frente a cualquier posibilidad real de que su clase cómplice pierda el dominio. Y no solo ellos, la clase política también es cómplice del estado de somnolencia en el que sumergen a la sociedad para no despertar a una realidad inminente. Por favor amigos, despertemos a la amenaza de supervivencia en el planeta, en casi todos los planos: desde el material, intelectual, social, económico, espiritual y hasta incluso en el ecológico.
No puede haber otra democracia que la de los trabajadores. La democracia que defienden algunos es, en cambio, la democracia de los terratenientes, los magnates y los intereses monopólicos para esclavizar al pueblo con las cadenas de la explotación en la producción, las finanzas, la prensa, la heredabilidad de los beneficios sociales entre dinastías cáusticas intocables e intachables, la desigualdad de oportunidades, la marginación, la exclusión, la religión (la culpa), y las demás epidemias insertadas en los subsuelos del pueblo. Cuando estos algunos se proclaman en defensores de nobles valores culturales, poniendo la libertad por encima de todo, hay que ver qué intereses emblematizan, no solamente ellos, sino sus beneméritos valores culturales y su tan preciada libertad.