viernes, 5 de diciembre de 2008

Cuestión de imagen*

Entiendo que a veces, ser parte de algo, integrar un grupo o pertenecer a un proyecto se hace para muchos jóvenes tan necesario como urgente. Y ni hablar de los adolescentes. Poder decir "yo soy" es tan importante que nos lleva a una búsqueda permanente. Y en esto, los géneros musicales han sido, históricamente, grandes aglutinadores de identidades adolescentes, muchas veces expresión de posiciones políticas frente a hechos como la guerra de Vietnam, las revoluciones proletarias mundiales o el avance de la ideología imperialista. Hoy, el sistema las ha denominado "tribus urbanas", expresiones jóvenes que se han intentado explicar en estos días en cuanto programa de tele se emita. Sospechosamente, son parte de la agenda de los medios insistentemente, y se las presenta como masivas. A primera vista, nos transmiten la idea de que todo joven argentino es parte de alguna y que las grandes mayorías de pibes están divididos entre "emos" y "floggers". ¿Es así o el mercado destinado a los adolescentes es el que persigue este propósito? Y en ese caso, ¿qué fue primero? ¿Las tribus o el aprovechamiento comercial de éstas?

Lágrimas y Fotologs

A fines de los '60, la música punk surge también como movimiento de protesta en contra del fascismo y de los gobiernos de países imperialistas, levantando la voz de la clase trabajadora. Como ésta, otras expresiones artísticas tomaron posición y la contaron a los cuatro vientos. El cambio de milenio tiene sus propias manifestaciones de rebeldía adolescente, aunque muy distintas a las de entonces. Los emos se agrupan alrededor de una estética, pero la forma en que se visten, peinan y pintan, tiene que ver con cómo ven al mundo actual. La realidad no les gusta, y por eso están tristes. Los más radicales se auto flagelan, cortándose el cuerpo. Pero la mayoría sólo quiere dar testimonio de que no les gusta cómo están las cosas, y algo de razón tienen. El problema es que esta conciencia de cuán injustas son las cosas los hunde en el escepticismo, los inmoviliza, y toda su acción se reduce a una forma de lookearse. Algo muy conveniente para los que trabajan para que las cosas sigan tal como están, ¿no?
En cambio, los floggers, son mucho menos 'contestatarios'. Ellos surgen no a partir de una corriente artística, sino de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación; Internet, específicamente de la página Fotolog. Así, se armó una comunidad virtual, como tantas otras que existen. La diferencia aquí es que sus miembros son adolescentes que buscan diferenciarse por la ropa y el corte de pelo, y la popularidad de cada uno depende de la cantidad de comentarios que reciban en sus posteos. Pero en esa intención diferenciadora, terminan uniformados, todos iguales. No podríamos decir qué fue primero, pero el estilo flogger es el mismo que están impulsando la marca Nike, que quiere abrirse mercado más allá de lo deportivo, para lo cual lanzó una línea de ropa urbana. Cumbio, la "diosa" en el cielo del mundo Fotolog, es la imagen de la campaña.

Administrando la rebeldía

¿Origen genuino seguido de cooptación comercial? Puede ser. No tanto en el caso de los emos, pero indudable en el de los floggers. Lo cierto es que la clasificación de la juventud en estas tribus (a las que habría que incluir a los rolingas, los metaleros, los cumbieros y los neo hippies, entre otros grupos, además de las combinaciones entre ellos) es, por lo menos, ficticia. Es un fenómeno que existe, sobre todo en las grandes ciudades, y que protagonizan muchos jóvenes. Pero no la mayoría. El sistema se apropia de las tribus para "administrarlas" y, así, encausar la rebeldía natural de los pibes. Conocen el juego, porque en un momento tan crucial para la definición de la identidad (que es inseparable de lo colectivo, de lo social, de lo grupal), el mercado impone espacios. Y lo hace con una intención: el vacío ideológico para que, mientras se llenan de guita con los productos que hay que consumir para ser tal o cual cosa, lo reducen a una cuestión estética, vigilando que nadie se pregunte por qué la realidad está así, y cómo cambiarla. Sin embargo, siempre se les escapa algo. Se les escapa que nada supera la conciencia de las terribles condiciones en las que tienen que crecer la mayoría de los jóvenes, lo que nos obliga a preguntarnos si nos lo merecemos. Y ese es el primer paso para decidir que algo hay que hacer, y que ya no sirve quedarnos llorando en un rincón.


*extractos de la revista Chispa, de octubre del 2008.

lunes, 1 de diciembre de 2008

atmósfera

No hay tunel que dure 100 años, mi vida.
Mira como se arruga la tiniebla. La procesion de pálidas
se desbarranca, funcionarios inauguran ruinas, y vos y yo, fundamos Aires Buenos. ¿Donde estará la plata de mi río? Solo barro y olitas de minué.
En los camalotes cantan las sirenas, pero Ulises camionero no las oye, solo escucha la radio.
" " "
Llueve liquen en los decrepitos televisores: "Buenas noches a todos, mariposas y difuntos".
El cemento se cansa de ser cobija de la pampa. Por los baches asoma la luz mala, resucitan cardos y maíces.
Viento sur, olor a transparencia. Silbo de la calandria, madrecita cantora del primer rayo de la aurora. La sopa de los pobres llega al centro y su vapor, al reino de los cielos.
Ventolina que barre tormentas, lavadero del alma, nos deja sereniiitos... reciclando la pena en basto amor.
Silbo de la calandria, y vidalita de la esperanza.
Darle cuerda al amanecer, empujar un poco al sol, -al buen dia, meterlo en casa-. Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.

Estacion claridad, vamos llegando.