viernes, 28 de septiembre de 2007

Perspectiva a la mitad.

Lamento que asi sean las propiedades de la materia, pero vos y yo, no podemos ocupar el mismo lugar. Ocho Barbeito.

Amor o Muerte PIII Entre guerra, segunda ronda, y otras más.

La tierra nunca ha sido un paraiso pero jamas ha sido, como hoy, un infierno. Los hombres nunca han sido felices, pero jamas estuvieron, como hoy, tan rabiosamente desesperados. La vida para nadie ha sido una madre amorosa, pero jamas fue como hoy, una tan fiera enemiga. Los ricos jamas han sido tan ricos, las bestias jamas han sido tan bestiales, los ciegos tan vacilantes, los dociles tan indociles, los patrones tan impotentes, los inquietos tan feroces.
Una experiencia de cinco años, la primera gran guerra. Una ciclópea experiencia de asesinato, de hurto, de mentira, de llanto, nos ha colocado frente a la anatomia de nuestro ser. Todo por recomenzar.
Diez millones de hombres muertos por hombres, empudrecen bajo una tenue capa de tierra; veinte millones de hombres, elegidos por la peste, han sido escondidos en los cementerios; las ciudades, quemadas por el fuego, destruidas por los terremotos, ensangrentadas por los hermanos, pobladas de hambrientos, de freneticos, de envidiados y de envidiosos, de rostros enloquecidos, de vivos enmudecidos, aseméjase a la necropolis de una quiebra orgiastica y sobrenatural; el fondo de los mares esta sembrado de trigo que no florecerá jamas y que habria proporcionado pan a pueblos enteros durante inviernos y primaveras; los imperios con sus emperadores, los reinos con sus reyes; han caido en el tiro al blanco de la historia bajo los disparos de los fusiles que ellos mismos habian ordenado a fabricar; y las mujeres han muerto y tambien los niños, antes de haber comprendido que era un bien el morir.
Los hombres han continuado en el mentir y el matar. Han mentido, para asi poder mas tranquila y eficazmente matar, y siguen matando para no confesar sus mentiras. En 1914, cansados de odiarse, los pueblos de la civilizacion entera comenzaron a masacrarse cada uno en familia. Aun no existen suficientes muertos para saciar su hambre, ni suficientes mentiras para calmar sus inquietudes. Se ha considerado que la mania de tener mas dinero, mas tierras, mas cosas, ha llevado al exterminio y a la miseria; que cada metro de tierra ha sido pagado con toneles de sangre y que las cosas, como materia infecta, han muerto a quien las poseia.
No importa. Se piensa unicamente en adquirir dinero, en aumentar las posesiones y las cosas. Los individuos como los pueblos, en lo bajo y en lo alto. El presidente victorioso y el siervo enriquecido poseen la misma psicologia. Apropiarse, arrebatar, comer: peor para los muertos, peor para quien no sabe apropiarse de la parte mas grande. Millares o millones, huertos o provincias, zapatos o minas. No existe otro dios que la cantidad, que ha exigido, para comenzar, la inmolacion de gran parte de sus fieles.
La experiencia homicida es como si no hubiese existido. Mas bien: como si hubiera sobrevenido tan solo para agravar las causas que la produjeron, para agigantarlas hasta el punto de hacer necesaria otra experiencia aun mas cruel y suicida. Ni siquiera la paradoja de las consecuencias visibles ha frenado la carrera hacia la condenacion.


Se ha combatido para destruir un imperialismo y se ha fortalecido otro; se ha combatido para batir el militarismo y se ha creado un espiritu militarista aun donde este no existia; se ha combatido por la libertad y nos hallamos mas esclavizados que antes, se ha combatido en pro de la verdad y solo hemos aspirado los densos vapores de la mentira; se ha combatido por la igualdad de los grandes y de los pequeños pueblos y hemos sometido mas despiadadamente los pueblos debiles a los fuertes, los pueblos pobres a los ricos; se ha combatido por la libertad del mundo y el mundo se halla sujeto a la cadena de pocos que tienen en sus manos el Hierro y el Oro; se ha combatido por la Democracia y los hombres se hallan a merced de las minorias demagogicas en Oriente y de las minorias plutocraticas en Occidente; se ha combatido para ser mas ricos y todos somos mas pobres, a excepcion de pocos enriquecidos a quienes todos odian y amenazan; se ha combatido contra los reyes por derecho divino y nos hallamos a merced de los emperadores de los bancos, del carbon, del petroleo, del maiz, de la prensa; se ha combatido con la esperanzacontinua de no combatir jamas, y la guerra continua aun en todos los frentes, en las calles transformadas en trincheras, en los palacios hechos fortalezas: la guerra interna, la guerra entre el Brazo y el Dinero, entre Materia y Materia; se ha combatido para saciar con mas holgura nuestra hambre y tenemos mas hambre que antes, ambre de pan, hambre de amor y de verdad. En verdad, es que nunca lo hicimos, combatir.

martes, 25 de septiembre de 2007

Amor o Muerte Parte II

(Revisar la primera parte de la secuencia en marzo de este año y blog)

El hombre necesita del pan. Por la mediacion del pan la tierra taciturna de las campiñas transformase en sangre y espiritu. Mas hoy el hombre tiene hambre de verdad como de pan. Aqui en la tierra siempre se ha hecho un enorme gasto de mentira. Desde hace años las almas de los hombres se han nutrido unicamente de mentiras, de horribles y tontas mentiras, sin un pequeño grano de sal de la verdad.
La mentira, en estos años de exterminio, se ha transformado en la mayor industria de estado, el unico arte de gobierno, el sustituto de la religion, la simulacion fija del pensamiento, la sola indemnizacion consoladora de los sacrificios, la unica substancia de todos los discursos escritos, leidos o dichos, solemnes u ocasionales, y de todo arte surgido de las manos del hombre, el arma mas comun de ataque y defensa, la omnipresente agua de la muerte que a todos nos embriaga.
Gozabase en la mentira, ahogabase en la mentira; la mentira inundaba todos los valles, ascendia hasta la cima de las torres, infiltrabase en los bares y en las Catedrales. Mentira al despertar, mentira en el almuerzo, mentira en la cena. No existia otro pan ni otro alimento para los hijos de las mujeres. Hemos sido engañados, hemos engañado; nos hemos mentido a nosotros mismos, a los demas, a todas las divinidades inferiores y superiores; han mentido en nuestro rostro dia a dia. Cada criatura humana era un centro generador y receptor de mentiras.
Una densa neblina, hecha del humo de los disparos, de sangre, de polvo, del fuego de las palabras, cubria toda la tierra, llenaba las calles, penetraba a travez de las ventanas en las casas mas aireadas. Todo era absurdo y bestialmente infernal como en los sueños de las altas fiebres. Pero nadie habria podido soportar esa vida, esa fiebre, aquel infierno sin el ejercicio diario de la mentira.